en cada muelle,
en cada andén de los desgarramientos,
amor mío, y regresas
con otra faz de flor recién abierta
que no te reconozco hasta que palpo
dentro de mí la antigua cicatriz
en la que deletreo arduamente tu nombre.
Rosario Castellanos
Los relojes se suicidan en mi cuarto cada vez que dejo de nombrarte. Ellos saben que el tiempo sin tu voz es una llaga interminable. Y sin e...
Sem comentários:
Enviar um comentário