en cada muelle,
en cada andén de los desgarramientos,
amor mío, y regresas
con otra faz de flor recién abierta
que no te reconozco hasta que palpo
dentro de mí la antigua cicatriz
en la que deletreo arduamente tu nombre.
Rosario Castellanos
Porque éramos amigos e, às vezes, nos amávamos; talvez para acrescentar outro interesse aos muitos que já nos obrigavam, decidimos jogar...
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